ARTÍCULO DE REVISIÓN
Reflexiones pertinentes sobre la parasitosis intestinal en los círculos infantiles
Relevant reflections about intestinal parasitosis in day care centers
Jackeline
Alpízar Navarro1
Roberto Cañete Villafranca1
María del Carmen Mora Alpízar1
Susana Virginia Cabrera Hernández1
Isdany Zuñiga Piloto2
1
Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología. Matanzas,
Cuba.
2 Centro Municipal de Higiene, Epidemiología y Microbiología.
Jovellanos, Cuba.
RESUMEN
Las parasitosis intestinales son más frecuentes durante la infancia porque existen más posibilidades de contacto con los parásitos y menor defensa inmunitaria. En la medida en que este sistema se va desarrollando, la situación cambia y el cuerpo tiende a acostumbrarse a estas interacciones; por eso la afección puede desencadenar síntomas más evidentes y graves en el transcurso de los primeros 5 años de vida. Los autores se propusieron exponer las evidencias relacionadas con la parasitosis intestinal en los niños que asisten a los círculos infantiles y las condiciones que favorecen la infestación. Para ello realizaron una revisión bibliográfica con los términos: parasitismo intestinal, niños, círculos infantiles y epidemiología. Se hicieron búsquedas en las diferentes bases de datos electrónicas y finalmente se resumió la información. Se encontró que los niños que asisten a círculos infantiles pasan tiempo en condiciones que favorecen la presencia y permanencia de parásitos en su aparato digestivo, en particular protozoos. La relativa inmadurez del sistema inmune de los niños menores de 5 años, los hábitos gregarios, el hacinamiento, la falta o la limitada exposición previa a los parásitos, así como los inadecuados hábitos higiénicos-sanitarios favorecen su presencia. En conclusión, las parasitosis intestinales y su transmisión constituyen un problema para las autoridades sanitarias, por lo que tratarlo de manera integral contribuirá a disminuir su aparición en los niños en los círculos infantiles.
Palabras clave:
parasitismo intestinal; niños; círculos infantiles.
ABSTRACT
Intestinal parasitosis
is more common in childhood because there are more possibilities of contact
with parasites and the immune system is not as yet fully developed. As the immune
system develops, the situation changes and the body becomes used to those interactions.
This is the reason why parasitosis may cause more evident and serious symptoms
in the first five years of life. The purpose of the study was to present evidence
related to intestinal parasitosis in children attending day care centers and
the conditions leading to contagion. To achieve this aim, a bibliographic review
was conducted in electronic databases using the search terms 'intestinal parasitosis'
, 'children', 'day care centers' and 'epidemiology'. The information obtained
was then summarized. It was found that children attending day care centers spend
long hours in conditions that lead to the presence and permanence of parasites,
particularly protozoa, in their gastro-intestinal tract. The relative immaturity
of the immune system of children under five and their gregarious habits, as
well as overcrowding, lack of or limited previous exposure to parasites, and
poor hygiene, all lead to the occurrence of intestinal parasitosis. In conclusion,
intestinal parasitoses and their transmission are a problem for health authorities,
and their comprehensive treatment will contribute to reduce their occurrence
among children attending day care centers.
Key words:
intestinal parasitosis, children, day care centers.
INTRODUCCIÓN
A pesar de las
campañas de salud pública para mejorar la educación y el
acceso a los servicios médicos, los parásitos intestinales son
un problema para la salud en todo el mundo. Se sabe que la transmisión
de enteroparásitos depende de la existencia de individuos infectados,
de las deficiencias higiénicas y, principalmente, de las condiciones
socio-económicas y culturales de la población.1,2
La parasitosis es una enfermedad frecuente y particularmente perjudicial para
los seres humanos. Los helmintos por ejemplo, son comunes y producen las mayores
afecciones parasitarias más graves entre los 5 y 15 años de edad;
sin embargo, los protozoos como Giardia lamblia son más usuales
en los menores de 5 años y otros como Cryptosporidium sp. son
más habituales en los pacientes inmunodeprimidos.3
De manera general, el daño que producen las parasitosis intestinales
se manifiesta mediante síntomas y signos inespecíficos que en
ocasiones disminuyen el rendimiento intelectual o laboral, a la vez que facilitan
la presencia de otras enfermedades que pueden provocar daños mayores
e, incluso, la muerte.4 Las infecciones parasitarias son de relativamente
fácil e, inluso, la muerte.4
El parasitismo
intestinal es una de las enfermedades transmisibles más fáciles
de diagnosticar, no solo por su cuadro clínico, sino también por
la sencillez de las pruebas coproparasitológicas empleadas. Para las
parasitosis intestinales existen medicamentos con probada eficacia, incluso
en dosis únicas, que pueden ser usados en forma repetida sin causar reacciones
adversas graves.
Desde la perspectiva de la salud pública, un individuo infectado por parásitos debe ser siempre tratado, así se reduce el posible efecto negativo de los parásitos y el riesgo de trasmisión a las personas que lo rodean.
La elevada prevalencia
de los parásitos intestinales en todo el mundo y el hecho de que los
niños son el grupo poblacional más afectado se han evidenciado
repetidamente en la literatura científica.4
Esos mismos estudios
han demostrado que los círculos infantiles, también conocidos
como guarderías o jardines de la infancia, son ambientes que, si no se
cumplen las medidas preventivas, se convierten en sitios de riesgo para la propagación
de esas parasitosis.
Si se tiene en
cuenta lo dicho anteriormente, la práctica de los hábitos higiénicos
adecuados desde edades tempranas reducirá la probabilidad de contraer
enfermedades parasitarias en la infancia y, por consiguiente, facilitará
el adecuado desarrollo físico y mental de los niños.
El presente trabajo
pretende exponer las evidencias actuales relacionadas con la parasitosis intestinal
en los niños, principalmente en los que asisten a los círculos
infantiles y, a su vez, servir como documento de consulta para estudiantes y
profesionales de la salud pública.
MÉTODOS
Estrategia de búsqueda
Se realizó una revisión bibliográfica con los términos: parasitismo intestinal, niños, círculos infantiles y epidemiología. Se hicieron búsquedas en las bases de datos electrónicas Medline (vía PubMed) y Scielo. También se consultó el fondo bibliográfico de la Organización Mundial de la Salud/Organización Panamericana de la Salud (OMS/OPS) con la finalidad de obtener los informes sobre el tema objeto de esta investigación. La búsqueda no quedó restringida por fecha, idioma o país de origen de las publicaciones, pero se prefirieron los trabajos publicados en los últimos cinco años anteriores a la confección del articulo (2009 -2014).
Criterios de selección
Se tuvieron en cuenta todos los estudios primarios o revisiones bibliográficas en los que fueron el objeto de estudio las enfermedades parasitarias en los círculos infantiles.
Recopilación y análisis de datos
Se resumió la información en la literatura consultada en función de la prevalencia y de las particularidades del parasitismo intestinal en los círculos infantiles.
Prevalencia del parasitismo intestinal en preescolares
Los
estudios en los que se mide la prevalencia del parasitismo intestinal en los
niños evidencian diferencias notables a escala mundial. Los expertos
plantean que en los países en desarrollo la prevalencia de parasitismo
intestinal que se calcula está entre 30 y 50%.5-7
Datos recientes evidencian que en el mundo existen más de 3 500 millones
de individuos parasitados y aproximadamente 450 millones padecen enfermedad
parasitaria, y los niños son los más vulnerables. Se calcula que
alrededor de 1 450 millones de personas en todo el mundo están infectadas
por Ascaris lumbricoides, 1 050 millones por Trichuris trichiura
y 1 300 millones por Ancylostomídeos.8-10
En cuanto a los protozoos, se estima que 480 millones de personas sufren amebiasis
y cada día aumentan las notificaciones de enfermedades causadas por protozoos
intestinales como Giardia lambia, Entamoeba histolytica, Cryptosporidium
sp., Cyclospora cayetanensis y Cystoisospora belli, los que pueden causar
diarreas en individuos inmunocompetentes, niños y viajeros procedentes
de zonas endémicas.10
Anteriormente se hizo referencia a que la contaminación está relacionada
con el nivel socio-cultural y económico, conclusión a la que también
se llegó en un estudio realizado para conocer la prevalencia de enteroparásitos,
así como para determinar el estado nutricional de la población
escolar infantil aparentemente sana que asiste a la Institución Educativa
Nacional "Karol Wojtyla" del distrito de San Juan de Lurigancho, Lima,
Perú, donde se detectó que existe una alta prevalencia de parasitosis
en los escolares en estudio y no se observó relación directa entre
la presencia de parásitos y la deficiencia en el aprendizaje ni con la
desnutrición.4
En un estudio descriptivo de corte transversal realizado para caracterizar clínica
y epidemiológicamente el parasitismo intestinal en niños de 0
a 5 años pertenecientes al consultorio médico Altos de Uslar,
Libertador, Carabobo, Venezuela, se notificó predominio de las parasitosis
en los niños de 5 años. En ese estudio las parasitosis fueron
más frecuentes en varones y se evidenció que eran habituales el
poliparasitismo y las infecciones por helmintos.
Desde
el punto de vista epidemiológico se demostró que las malas condiciones
higiénico-sanitarias de las viviendas, la presencia de vectores, la insuficiente
higiene de las manos y de los alimentos de consumo, así como la inadecuada
calidad sanitaria del agua se asociaron significativamente a la presencia de
los parásitos intestinales.4
Se estudió la posible asociación de las parasitosis intestinales
a la pobreza y al saneamiento ambiental insuficiente en un barrio pobre de la
ciudad de Barquisimeto, Venezuela. El objetivo de este estudio fue determinar
la frecuencia de parasitosis intestinales y los factores de riesgo en niños
de 1 a 12 años.
Del grupo de niños de 1 a 12 años, el 28,9 % estaba parasitado con predominio de los preescolares (33,3 %) sin diferencia de sexo. Los agentes causales fueron Blastocystis hominis (22,8 %), Entamoeba histolytica (5,3 %), Giardia lamblia (4,4 %) y Ascaris lumbricoides (1,8 %).
El
predominio de los protozoarios sobre los helmintos podría deberse al
uso de antihelmínticos indicados por los pediatras como profilaxis y
administrados por los padres por automedicación. Se encontró Endolimax
nana en 11,4 %, lo que indica fecalismo y asociación entre parasitosis
intestinales y hacinamiento (40,5 %). No se halló relación con
otros factores considerados de riesgo, lo que quizás se deba a la homogeneidad
de estos factores en dicha comunidad. Se llegó a la conclusión
de que había prevalencia considerable de parasitosis intestinales causadas
por Blastocystis hominis asociada especialmente al hacinamiento.5
Un estudio realizado entre los niños preescolares de la zona urbana en
Calarcá, Colombia, evidenció un 54,7 % de niños parasitados,
una prevalencia de Blastocystis hominis (36,4 %) y de G. lamblia (13,2
%). Los factores de riesgo asociados estadísticamente al parasitismo
fueron: ser mayor de dos años, no desparasitar las mascotas, tener hermanos
y tomar con biberón alimentos diferentes de la leche.6
Con el objetivo de precisar el grado de parasitismo intestinal según
la edad y de identificar los parásitos intestinales más frecuentes
en los niños que asisten a la escuela primaria "Amiguitos de Jesús"
de la ciudad de Bata, Guinea Ecuatorial, se realizó un estudio descriptivo
y prospectivo. Se observó parasitismo intestinal en el 29,9 % del total
de los niños estudiados con predominio en el grupo de menores de 6 años
en el que el 44,7 % estaban parasitados. Predominaban los vermes: el más
frecuente Trichuris trichiura en un 95,1 % del total de niños
infestados seguido de Ascaris lumbricoides con un 75,6 %. Entamoeba
histolytica prevaleció entre los protozoos con un 17,07 %. En general
el grado de parasitismo fue elevado.7
En cuatro asentamientos de la ciudad de Durango, México, se realizó
un estudio para estimar la prevalencia de parasitosis intestinal y su relación
con las condiciones socio-demográficas y ambientales en la población
de niños menores de 5 años. Este estudio evidenció una
frecuencia de parasitosis de 38,4 %. Se identificaron los protozoarios Giardia
lamblia y Entamoeba histolytica con predominio del primero (14,7
%) y se observó más de un agente causal. Los factores asociados
fueron: edad del niño, escolaridad de la madre, lugar de origen de la
madre y manipulación de la basura dentro del domicilio. Se confirmó
la asociación entre la parasitosis intestinal en menores de 5 años
y las deficientes condiciones socio-demográficas, económicas y
ambientales.8
Por otra parte, en los niños que asisten a las escuelas públicas
en las áreas urbanas de Sari, provincia de Mazandaran, al norte de Irán,
se realizó una investigación para determinar la prevalencia de
parasitismo intestinal y se comprobó que 367 (33,3 %) de los niños
estudiados estaban infectados.1
Ignatius13 en el 2012 en África y Belizario14
en el 2011 en Filipinas demostraron que más del 60 % de los niños
estaban parasitados y tenían mayor probabilidad de tener bajo peso y
desnutrición grave. Se sabe que la presencia de parásitos puede
provocar la disminución de la respuesta inmune y, que a su vez, la baja
inmunidad aumenta la susceptibilidad de los individuos a los parásitos.9
En Cuba, como consecuencia de una voluntad política dirigida a mejorar
los índices de salud del pueblo, algunas parasitosis han desaparecido
y otras han disminuido notablemente sus efectos negativos sobre la salud de
la población. Aunque se han logrado profundas transformaciones socio-económicas
y culturales, persisten condiciones ecológicas que mantienen este problema,
y así lo demuestran las investigaciones realizadas en áreas de
salud, círculos infantiles y en niños hospitalizados.10-18
En los estudios realizados en instituciones de salud de La Habana y Santiago
de Cuba, las prevalencias oscilaron entre 15 y 37,8 %, respectivamente. Sin
embargo, en el estudio Prevalencia de parasitismo y control de la calidad
en el diagnóstico de las parasitosis intestinales en 15 policlínicos
de La Habana, se halló una prevalencia de 17,8 %, aunque hay que
destacar que solo se tomó una muestra de heces fecales.13,16
En una investigación realizada con pacientes ingresados en el Hospital
Pediátrico del Cerro, Ciudad de La Habana, se evidenció una incidencia
de 15,7 % de niños parasitados.13 En Guantánamo se
comprobó una cifra de más del 50 % de niños parasitados,14
mientras que el 41,9 % de los niños de una comunidad rural de Villa Clara
estaban infectados con Ascaris lumbricoides.15
Particularidades del parasitismo intestinal en círculos infantiles
Se sabe que en
los círculos infantiles (guarderías o jardines de la infancia)
los parásitos intestinales, particularmente los protozoos, son más
frecuentes que en otras instituciones educacionales. Se han dado diferentes
explicaciones para tratar de justificar esta tendencia, dentro de ellas la relativa
inmadurez del sistema inmune de los niños menores de 5 años, los
hábitos gregarios, el hacinamiento, no haber tenido exposición
a los parásitos o haber tenido una exposición limitada, así
como los inadecuados hábitos higiénico-sanitarios.16 Llos
parásitos más notificados son: Giardia lamblia, Enterobius
vermicularis y Blastocystis sp.17,18
En los niños que asisten a dos centros de cuidado diario de Uberlandia,
estado de Minas Gerais, Brasil, se realizó una investigación para
determinar la prevalencia de parasitismo. Los exámenes coproparasitológicos
mostraron que de 133 niños, el 29,3 % estaba parasitados por enteroparásitos
o comensales mientras que el 6,7 % presentaba poliparasitismo. Giardia lamblia
fue el protozoo más prevalente y Hymenolepis nana el más
frecuente de los helmintos. Así, el análisis de los resultados
demostró que los parásitos intestinales representan un problema
de salud, especialmente entre los niños y en las áreas donde las
condiciones socio-económicas y educativas eran menos favorables.19
Se seleccionaron al azar diez centros de cuidado de niños del número
total en Nigeria para determinar la prevalencia del parasitismo intestinal.
En 241 niños (57,8 %) de los 384 niños estudiados, se detectaron
parásitos intestinales. Ascaris lumbricoides, Ancylostoma duodenale
y Trichuris trichiura fueron los más comunes. El tratamiento doméstico
del agua para beber y las diarreas de los niños afectados mostraron valores
estadísticamente significativos.20
En Cuba, un estudio realizado en los círculos infantiles del municipio
Guantánamo demostró una alta prevalencia de parásitos intestinales
en los niños mayores de tres años cuyos padres desconocían
las formas de propagación de las parasitosis, así como en el 42,2
% de más de 1 000 niños que asistían a 5 círculos
infantiles en Villa Clara. Ese resultado es lógico si consideramos que
son precisamente los niños de esa edad los que mayor movilidad e independencia
comienzan a manifestar en los círculos infantiles. Por otro lado, el
desconocimiento de sus padres o tutores incrementa también el riesgo
de infección.10
En el año 2014 se realizó una investigación que incluyó
495 niños que asistían a los seis círculos infantiles del
municipio La Palma, Pinar del Rio, y se evidenció que el 48,3 % de las
muestras presentaba algún parásito.2
En Matanzas se han realizado diferentes estudios en círculos infantiles.
En una investigación en el año 2008 se demostró que las
parasitosis fueron más frecuentes en el sexo masculino y entre los niños
de 2 años de edad. Giardia lamblia y Enterobius vermicularis
fueron los protozoos más notificados11. Otro estudio, en el
año 2012, señaló que el 71,1 % de los niños estaban
infectados por algún parásito o comensal y predominaba el poliparasitismo.
Los niños que residían en áreas rurales estaban más
parasitados que aquellos que residían en áreas urbanas. Giardia
lamblia y Blastocystis sp. fueron los protozoos más notificados
y Ascaris lumbricoides el más frecuente dentro de los helmintos.12
Los niños que asisten a círculos infantiles están en condiciones
que favorecen la presencia y persistencia de parásitos en su aparato
digestivo, en especial protozoos. Se sabe que las formas infectantes de esos
microorganismos se trasmiten al ser humano fundamentalmente a través
de los alimentos y del agua para el consumo, así como de las superficies
y de las manos contaminadas.21-23 Son precisamente los círculos
infantiles instituciones educativas donde se debe prestar atención a
las adecuadas medidas higiénico-sanitarias que permitan prevenir esas
infecciones. Hay que tener en cuenta que los niños pequeños tienen
hábitos gregarios y, por consiguiente, ese es otro factor de riesgo de
padecer parasitosis.
El parasitismo
es una de las enfermedades más difíciles de controlar por su gran
propagación y debido a los diversos factores que intervienen en su cadena
de transmisión. A pesar de los conocimientos sobre los factores epidemiológicos
y los factores de riesgo relacionados con las parasitosis intestinales, estos
continúan incidiendo, en gran medida, en la propagación de estas
infecciones, aún subestimadas en las poblaciones infantiles.
Es importante continuar incrementando las actividades educativas encaminadas
a prevenir el parasitismo intestinal mediante la enseñanza de las medidas
de higiene personal y la práctica de hábitos de salud en los niños,
extendidos al hogar. El control de las parasitosis intestinales y su transmisión
constituye un problema para las autoridades de salud, por lo que abordarlo de
manera integral contribuirá a disminuir su presencia en los círculos
infantiles.
Conflicto de
intereses
Los autores declaran
que no tienen conflicto de intereses.
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Recibido: 20 de
marzo de 2017.
Aprobado: 6 de junio de 2017.
Jackeline Alpizar
Navarro. Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología.
Matanzas, Cuba.
Correo electrónico: jackeline.mtz@infomed.sld.cu